En esta fiesta quiero desinvitar a los celos, al miedo, a la desconfianza y a las mentiras. Desde hace un tiempo no se portan bien, ni contigo ni conmigo, así que no les llames.
Me gustaría proyectar en una pantalla blanca y grande todas las caricias, esas que empezaban en la espalda o en la cabeza y acababan siempre bien, los secretos que le he dicho a tu espalda cada vez que dormías, nuestras miradas y las sonrisas por tonterías... También que no se me olvide... tu cara de dormido y todos tus despertares -que no hay cosa que más me guste.
Llamaré al catering para que me preparen 10kg de los mejores besos que me has dado y de postre que traigan esos abrazos que solo tu sabes darme. Esos en los que el mundo se para y soy capaz de cualquier cosa.
Yo con eso me conformo, de hecho me podría llegar a sobrar incluso. No quiero regalos, que no es mi cumpleaños, el único detalle que me gustaría recibir es que el viento trajera tu perfume hasta mi, aunque viendo los kilometros que tiene que hacer esta un poco difícil.
Y me preguntarás, qué estamos celebrando, pues te contestaré, lo que se festeja eres tu y la suerte que he tenido yo en conocerte.
De San Sebastián a Valparaíso.
