Putas
despedidas, me encogen el corazón y me atascan la garganta, las lagrimas van a
lo suyo, a veces dicen adiós otras se esperan a que llegue a mi destino.
No me
gusta despedirme, no me gusta decir ni hasta luego. El nos vemos pronto tampoco
me vale ya, porque pronto a llegado a convertirse en mucho tiempo. Sin embargo,
si quiero una despedida por tu parte. La necesito, quiero saber si somos un
adiós, un hasta luego o un vuelvo en seguida.
No me
conformo, es una de mis reglas, pero contigo haré la excepción algún día, si es
un adiós el que decides.
Tienes el poder de levantarme por encima del cielo con
solo una mirada pero a la vez eres capaz de hundirme en el barro más oscuro.
Tienes el poder incluso de que me lleguen a gustar las despedidas si se que el
reencuentro va a ser contigo y solo contigo diría adiós a todo el mundo.
Solo
por ti seria fuerte por los dos, cosa que nunca se me ha dado del todo bien, pero
no te preocupes, tengo tiempo de practicar. Lo único que tienes que hacer es
mirarme, y déjame allí arriba, donde solo tu me llevas. Yo haré el resto.