domingo, 4 de noviembre de 2012

lejos, muy lejos



Me he propuesto cuidarme, lejos de ti y de ti. De vosotros. Los que me movéis y me hacéis llorar. Los que nunca han encontrado el momento. Los que siempre se acaban yendo, los que no saben qué hacer son su vida. No sois tan distintos. No lo sois.
Pero ambos habéis llegado aquí. Aquí es al botón, el que me hace sonreís y sentir, el que me hace tener esperanzas e ilusión y luego sois siempre vosotros los que las rompéis. Después de rotas ya no me miráis y sois incapaces de verme hecha pedazos. Os parecéis más de lo que imaginé. Y nunca imaginé que daría carpetazo a todo. Borrar los recuerdos, quedarme sin ilusión y seca de las lágrimas que he llorado y aun lloro. Porque dejaros atrás no es fácil, porque sois parte de mí.

Me habéis roto en trozos tan pequeños que yo ya no tengo fuerzas de montar el puzle. Adiós. Es lo único que puedo decir, aunque me mate y me muera, aunque ya no sea yo. 

Adiós. Adiós a los dos. Él y ella, tanto os quise que me perdí y ahora no sé por dónde empezar a buscarme.

como el cristal

El cristal. Maravilloso material. Empieza siendo una arena pero sus enlaces químicos y la temperatura lo convierten en lo que lo conocemos y le dan unas propiedades características.

Lo más importante de este material es su transparencia, es brillante, especular, elegante y muy resistente. Una pieza muy fina de cristal es capaz de soportar acciones impensables. Por otro lado, es tan frágil que no se deforma antes de llegar a su límite elástico, y cuando llega, rompe sin avisar. Y cuando se rompe, no hay vuelta atrás. Ya no es elegante ni nada de lo que le caracterizaba. Solo son pequeños trozos molestos que nos duelen, nos hacen sangrar.
 
¿Lo peor del cristal? Que no se puede apuntalar ni coser, que las piezas ya son independientes y muy difícilmente y con soluciones poco recomendables sería posible volver a unir las piezas. Ya no se volverán a unir, nunca serán lo que fueron, esa unión especular y brillante.

Ahora lo que queda, 
solo duele.

difícil


Hoy ya no te amo. Solo te quiero, por lo que fuiste y no pudiste ser, por mis esperanzas y tus ganas pasadas. Por todo y por nada, por eso que nunca pasó y por lo que no sucederá. Por lo que no supimos perdonar y por el daño que nos hemos hecho. Por esto y por más. Por los engaños, la falta de actitud, porque no coincidimos y porque nunca fue fácil. Una vez dije que el equilibrio era imposible, porque cuando yo te he querido tú no has querido darte cuenta y cuando tú lo hiciste yo miré hacia otro lado. Dos muñecas chinas que se han roto la una  a la otra. Sin saber demasiado de nosotras mismas, nos dimos del todo, pero nunca en el mismo tiempo. Te quiero porque no puedo evitarlo pero ya no nos amamos. Es un hecho. Ya me ha quedado claro. No echaré balones fuera porque muchos están en mi campo. En algún momento la ecuación hará que nos encontremos, o no. Simplemente ahora somos cada una parte del pasado de la otra. No se puede evitar.

Atentamente yo, la que siempre te quiso y la que tú crees que nunca te amó.

y seguirás sin saberlo...



Apaga la luz, te voy a llevar a un sitio que jamás sabrás que has estado. 

> Te llevare a mis sueños, a mis pensamientos, a lo más profundo de mí y cuando estés ahí, sin saberlo, me habrás hecho más pequeño el corazón. Me lo habrás arañado y las cicatrices quedaran.

Aun y así, serás esa persona que llevo siempre, que pienso siempre.

> Dueles, me dueles mucho, pero sigues sin saberlo.

Ya cuando despiertes no estaré, solo sentirás que ha sido un sueño, algo pasajero, no te preocuparas. Pero a muchos kilómetros de distancia estaré yo, esperando a que digas algo para saber que un día tu también me llevaste a ese lugar, sin que yo me diera cuenta…