Amores que asesinan. De nuevo la cuchillada del pasado
enturbia mi capacidad para entregarme al presente y entenderlo. No es fácil vivir sin ti, pero lo que más difícil
se me hace es echarte de menos sin nunca haberte tenido. No estoy capacitada
para darme a alguien, no soy capaz de querer a nadie, de olvidarme de ti y
pasar página. Quizá porque no quiera o quizá por algún extraño motivo, pero no
puedo.
Ya me he acostumbrado a esta sensación, a la de no saber cuándo
vas a volver a aparecer en mi cabeza, sentirme sangrar por dentro... Y sinceramente,
me doy miedo. Dicen que de amor no se muere, pero te aseguro que es mentira. Porque
yo paso cada día y siento que no he vivido, no siendo feliz a tu lado, y si eso
es lo que más quiero desde hace mucho, cada día que pasa me he muerto un poco,
y siempre sin ti.
Me persigue todo lo que nunca te dije y lo que no me dejaste
demostrar. Eres una dulce pesadilla. Siempre contigo. Eres la causa de todos
mis males pero a la vez la mejor de las curas.
Ya no pienso en ti todos los días, y me ilusiona conocer a
gente nueva, me gusta sentirles y descubrirles, pero me aburro
enseguida. Son un pasatiempo. Inevitablemente estoy programada para que
aparezcas por mis pensamientos y hacerme pequeña. Se me pasan los días sin darme cuenta, hago lo que me toca
hacer, disfruto, o eso creo, me divierto pero no estoy viviendo. No cuando el corazón
se me encoge, pienso en ti, y me disuelvo.